lunes, 2 de julio de 2012

El adolescente como sujeto socio - politico


Con la vigencia de discursos que avalaban el terrorismo de Estado impuesto por la última dictadura militar y las políticas de la desmemoria que se llevaban a cabo y se perfeccionaban en plena etapa de democratización de la sociedad, ¿cómo fue posible que los valores de una generación de de la década del ’70 mantuvieran continuidad y fueran rescatados a través del nombre de una de las jovencitas desaparecidas, 22 años después?
Para comenzar a entender cómo fue posible esta continuidad de la memoria, debemos tener en cuenta al adolescente como sujeto socio-político y analizar desde esa mirada cómo fueron modificándose sus conductas y sus intereses sin perder de vista una particularidad que une a las generaciones: la adolescencia. Entendemos pues, que un análisis de su heterogeneidad en la historia reciente de los últimos 40 años, nos dará pistas acerca de cómo piensan y sienten los adolescentes de hoy y nos posibilitará el encuentro de una línea de unión entre estos y aquellos estudiantes de 1970...

¿Qué es la adolescencia? Varias son las disciplinas que se han abocado a dar una definición, es por eso que podemos tener en cuenta diferentes enfoques:
El psicobiológico, que define a la adolescencia como el periodo de la vida caracterizado por el desarrollo fisiológico y las reacciones psicológicas propias de esa etapa, como la crisis de identidad y la maduración sexual y reproductiva;El antropológico, que presta más atención a la influencia del contexto cultural, enfoque que nos remite a la idea de que los jóvenes forman parte de una generación y que comparten un tiempo y los estímulos de una época,El sociológico, que centra su mirada en el proceso de incorporación de los adolescentes a la vida adulta, estudiando los ámbitos donde se desenvuelven y analizando los desajustes que se producen entre los deseos y expectativas de los jóvenes y las posibilidades reales de integración y participación en los distintos espacios sociales; y por último el enfoque político-social, que busca comprender el proceso de formación , los objetivos y las formas de organización de los movimientos juveniles y su influencia en la dinámica social. EN LA SOCIEDAD ARGENTINA...
Haciendo un breve análisis podemos observar que los adolescentes fueron excluidos en la década del 70 en un contexto de violencia institucionalizada que luego del derrocamiento de Arturo Illia fue incrementándose. El poder y una gran parte de la sociedad restringían al adolescente por proyectarlo como no apto para ingresar a la sociedad, por lo tanto se invalidaban sus acciones, sus preguntas, su vestimenta, lo convertían en un ser hundido en la más profunda inopia, un ente en formación y por ende obligado a ser moldeado bajo la tutela de la sociedad. Ya en los 80, y con toda una generación aniquilada que se cuestiono y reflexiono sobre esa realidad social y política, con un gobierno de facto debilitado, fue que se ideo el resurgimiento de un sentimiento nacionalista que años atrás había dado sus frutos al General Videla; no en vano fue que al finalizar el Mundial de Futbol Argentino en el 78 Videla dijera en un discurso público: “Hemos ganado la guerra”. Pero ya no había guerra que ganar con los “subversivos” muertos. Había que inventar una nueva guerra: la guerra de Malvinas fue la iniciación de fuego que el gobierno de facto de General Leopoldo Galtieri preparo y gran parte de la sociedad adopto para la entrada de los adolescentes a la sociedad. No preparados para expresar sus ideas políticas, pero si aptos para ir a la guerra, triste paradoja. El 50% de las tropas argentinas que operaron en Malvinas eran conscriptos de 18 y 19 años sin armamento ni preparamiento previo adecuado para la guerra. Luego de ese golpe a la juventud argentina que quedaría marcada para el resto de sus vidas y cerrándose el ciclo de los gobiernos de facto le siguió el gobierno democrático de Raúl Alfonsín, que impuso la teoría de los “dos demonios” y sus políticas de memoria, que se convirtieron en políticas del olvido y impunidad. El golpe de estado de 1976 había dejado una marca en la sociedad que se reflejaría años después con el “no te metas”, no opinar, no hacer públicas las ideas y sobre todo no meterse en política... Al doctor Alfonsín lo presidio el Presidente Carlos Saúl Menem, con él se dio en los jovenes un gran descrecimiento de la politica y un desprestigio de la misma.

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